miércoles, 3 de junio de 2020

El efecto mariposa del asesinato de George Floyd

Las protestas en todo el mundo por el asesinato de George Floyd demuestran que la lucha por la supervivencia y contra el sistema depredador es también un organismo vivo y múltiple, capaz de efectos mariposa y reacciones en cadena, como jamás se habían visto en la historia de la humanidad. Hoy más que nunca, las acciones de una sola persona, para bien o para mal, pueden crear tsunamis a la distancia. En un planeta en crisis, esa interconexión otorga una importancia inédita a las decisiones que tomamos a escala individual.
La primera es hasta qué punto cada quien está dispuesto a involucrarse en la lucha. ¿Estarás en primera línea, te alinearás con los privilegiados, o sólo te quedarás rezando para que las cosas no se pongan peor? Si eres de los que creen que ha llegado la hora de la revolución, ¿qué entiendes por ello? ¿Se puede seguir apostando por las manifestaciones pacíficas, o ha llegado la hora de pensar en métodos de acción más directa? Y sobre todo, ¿qué repercusiones pueden tener tus acciones o tu inacción para quienes te rodean, para tus amigos, vecinos, colegas, familiares?
Personalmente, no creo que haya respuestas correctas. Tan cierto me parece, ahora, quien decide prenderle fuego a una camioneta de Amazon como quien va vestido de blanco a una marcha, porque cada quien actúa de acuerdo con sus convicciones. ¿Y quién soy yo para decirle a otro cómo debe actuar? Yo no sirvo para la violencia, pero no sé si podría permanecer al margen si fuera testigo de una injusticia. De lo que sí tengo certeza es que el éxito de cualquier tentativa sólo puede surgir de nuestros acuerdos colectivos. ¿Cuáles pueden ser? ¿Qué principios o banderas pueden unirnos, o convocar a un sector lo suficientemente amplio de la población para forzar un cambio, a pesar de nuestras diferencias?
Por último, para quienes piensan que la única salida es la lucha armada, me queda una advertencia. En México, en Brasil, en Colombia, y en general en cualquier país latinoamericano, una guerra civil es una invitación a la intervención militar de las potencias extranjeras. Hablo de Estados Unidos, obviamente, pero también de Rusia, China, Inglaterra, los fabricantes de armas alemanes y australianos. Por ello, y hasta donde sea posible, pienso que el diálogo es la única forma de salvar lo que amamos. De salvarnos a todos.